Apoplejía arterial cerebral: qué es, causas, síntomas y tratamiento

La apoplejía cerebral es una infección extremadamente frágil que requiere atención inmediata. Cuanto antes se inicie la metodología, mayores serán las posibilidades de evitar daños graves.

La apoplejía cerebral es una afección médica intensa que puede dejar secuelas duraderas o incluso provocar la muerte. Es vital saber cómo percibir sus efectos secundarios, ya que una breve consideración es crucial para limitar los daños.

En términos generales, la apoplejía cerebral se produce cuando se estructura una coagulación sanguínea en uno de los corredores de la mente. Esto impide la entrada de sangre y hace que algunas neuronas dejen de funcionar. También puede producirse un drenaje cerebral.

La afección se denomina de otro modo ictus trombótico o isquémico. Cuanto mayor sea el conducto afectado, más graves serán generalmente los resultados de estas ocasiones.

 

¿Qué es la apoplejía cerebral?

La apoplejía cerebral es un tipo de percance cerebrovascular (AVC) que se produce cuando una estructura de coagulación sanguínea. Bloquea uno de los cursos del cerebro e impide que el oxígeno y los suplementos lleguen a una zona de la mente.

El bloqueo en el flujo sanguíneo provoca la captura de movimiento eléctrico en un espacio de la mente. Si el bloqueo continúa, se producen cambios significativos en la capa celular, lo que puede provocar la muerte cerebral.

Se estima que la apoplejía cerebral representa la mitad de los accidentes cerebrovasculares. A pesar de que se considera más normal en individuos más establecidos o con enfermedades ocultas, por ejemplo, arteriosclerosis o hipertensión vascular, también puede ocurrir en jóvenes.

Razones de la apoplejía cerebral

La apoplejía cerebral se considera una enfermedad de origen multifactorial. Ese gran número de condiciones que adelantan la degeneración de las paredes de los vasos sanguíneos, el bloqueo de las vías de suministro, la coagulación de la sangre o la disminución de la vasodilatación, pueden conducir a esta patología.

Ciertos individuos con circunstancias específicas son más propensos a fomentar este tipo de ictus. Las agrupaciones de apoplejías pueden aislarse en tres agrupaciones:

  • Con aterosclerosis. Existe una mayor probabilidad de apoplejía cerebral si también hay hipertensión, diabetes mellitus, dislipidemia o tabaquismo.
  • Con arteritis. Incluye la poliarteritis nodosa, la arteritis pasajera, la arteritis reumatoide, el lupus eritematoso diseminado y la arteritis irresistible.
  • Diferentes causas. Incorporan displasia fibromuscular, análisis de la carótida, infección de moyamoya y crecimientos.

Los individuos con alta utilización de licor, así como las personas que fuman a menudo, están obligados a fomentar la apoplejía cerebral.

Efectos secundarios y hallazgos

La imagen clínica de la apoplejía de los vasos sanguíneos cerebrales suele crecer de forma constante, aunque con avances inesperados. Por lo general, se hace perceptible en un par de horas y, sólo algunas veces, en ningún momento.

Los efectos secundarios fundamentales de esta enfermedad son los siguientes

  • Boca curvada.
  • Convulsiones.
  • Dificultad para tragar.
  • Agravaciones visuales.
  • Migraña extrema.
  • Pérdida de conciencia.
  • Irregularidades de la memoria.
  • Wooziness y pérdida de equilibrio.
  • Pérdida de dominio sobre los acontecimientos.
  • Dificultad para hablar y comprender.
  • Pérdida de movimiento o escalofríos en un lado del cuerpo.
  • Modificaciones en el control de los intestinos o de la vejiga.


El hallazgo se realiza generalmente mediante una radiografía o un TAC. La primera es una prueba más inequívoca. Generalmente se realizan pruebas adicionales, por ejemplo, radiografía de tórax, hemograma, ionograma, gasometría y glucemia.

En ocasiones, pueden ser necesarias otras pruebas explícitas, como las adjuntas:

  • Revisión del líquido cefalorraquídeo.
  • Gammagrafía cerebral.
  • Angiografía cerebral.
  • Doppler transcraneal.
  • Oftalmodinamometría.

Tratamiento

En el caso de que el tratamiento se inicie unas 4 horas después de la apoplejía de los vasos sanguíneos cerebrales, lo que se hace es un tratamiento trombolítico. Esto incluye una técnica llamada trombolisis, que consiste en debilitar los coágulos mediante fármacos determinados para restablecer el flujo sanguíneo.

Los medicamentos se administran por vía intravenosa para que lleguen a todo el cuerpo, o a través de un cilindro o catéter que llega a las venas cerebrales. En el caso de la última opción, el catéter se sitúa con la ayuda de una guía de imagen.

En el caso de que el tratamiento se inicie pasadas 4,5 horas del suceso, lo que se debe hacer es determinar la causa de la apoplejía y proponer medidas auxiliares para contrarrestarla. Es decir, administrar medicación para prevenir la formación de nuevos coágulos o más muertes.

El paciente debe permanecer en la clínica de urgencias entre 4 y 7 días. Se considera que es la fase de mayor riesgo de que se produzca otro episodio. A partir de ese momento, el tratamiento se sitúa en el restablecimiento del paciente.

Secuelas previsibles de la apoplejía vascular cerebral

No es difícil hacer conjeturas durante las 72 horas siguientes a una apoplejía cerebral. El problema puede detenerse o extenderse hasta causar la muerte. Además, es concebible que produzca algún daño neurológico que podría ser reversible o irreversible.

Las posibilidades de recuperación del paciente dependen de algunas variables, como su estado general de salud, la gravedad de la apoplejía, la estructura cerebral afectada y la rapidez de los cuidados recibidos.

Dependiendo de este gran número de elementos, la recuperación puede ir de completa a nula. Puede haber secuelas, como problemas de discurso, agravaciones psicomotoras, dificultades tangibles o estado convulsivo.

¿Podría evitarse en algún momento?

La mejor manera de prevenir la apoplejía cerebral es llevar un estilo de vida sólido. Esto incluye una rutina de alimentación decente, así como el trabajo activo ordinario y la disminución del estrés.

A pesar de que se aplica más a la apoplejía venosa, es prudente intentar no permanecer sentado durante largos periodos de tiempo. Durante el movimiento, es prudente moverse de vez en cuando y beber mucho líquido. El desarrollo es igualmente significativo después de un procedimiento médico de la nada.

Es implícito que la utilización de licor y fumar debe mantenerse alejado de. Ambos son factores de riesgo para la apoplejía de los vasos sanguíneos cerebrales. Disminuir el consumo de sal también es adecuado.

La rotura de los vasos sanguíneos cerebrales es una cuestión problemática.

La apoplejía cerebral requiere un tratamiento breve. Los fármacos son sustancialmente más viables cuando se administran dentro de la primera hora tras el episodio.

Los individuos que han padecido la enfermedad muestran con frecuencia cambios en su conducta al salir del episodio. Es normal que se muestren desanimados y hoscos. El apoyo de las personas cercanas es fundamental para la recuperación.

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